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“Considero que la nueva ley de ficción, a la que se aspira, puede ayudar a que algunas emisoras que tienen nula producción local comiencen a tenerla. El punto por debatir será la financiación y la posibilidad de solventar esos costos. Es importante que estudiemos la problemática para que esta ley sirva para producir más trabajo. Todos lo necesitamos: de esto vivimos. Y lo necesita el público que merece identificarse y emocionarse con una TV que cuente historias a través de sus grandes artistas”.
Así dijo Pablo Culell, director de Producción de Undeground Contenidos (“Lalola”, “Los exitosos Pells”, “Botineras” y muchísimo más) al hablar sobre la situación que pasó la industria de la ficción televisiva en el recién finalizado 2010, en una nota para La Nación de hoy.
Es muy interesante leer todo el texto.
“A quienes formamos parte de la industria televisiva argentina, el año 2010 nos deja cierto sabor amargo. En nuestro caso, no porque nos haya ido mal: Botineras comenzó con problemas de audiencia, por cuestiones internas de la propuesta y por el “huracán” Tinelli, pero terminó cumpliendo su estadía en Telefé con singular éxito, y Lo que el tiempo nos colmó expectativas de calidad y rating. Sin embargo, la producción nacional fue de las más pobres en términos de cantidad en los últimos tiempos.

CONTINÚA...

El achicamiento de la torta publicitaria, el alza en los costos de producción y cierto temor al riesgo de algunos canales y productoras de contenidos se conjugaron de manera letal. A esto se le sumó el fenómeno ShowMatch , que se propagó por toda la TV a fuerza de gran producción visual, llamativo certamen de baile y -hay que remarcarlo- “ficción”: hubo héroes, villanos y romances; ganchos telenovelescos con conflictos melodramáticos y, obviamente, él mismo, la figura más carismática en la TV que se recuerde. Bajo este panorama resaltaron en pantalla Malparida , la maravillosa Para vestir santos y Casi ángeles : el resto de las ficciones apenas subsistieron.
Nuestra TV es cíclica: a principios de esta década se escuchaba el grito de “Somos actores, queremos actuar” ante la poca ficción y el debut de Gran Hermano . Poco tiempo después, el género volvía con fuerza a nuestra pantalla. Es que las tiras del prime time siempre lograron cifras altísimas de audiencia y gran adehesion de publico cautivo. El problema es la reiteración de propuestas y temáticas que terminan saturando, y las continuas crisis económicas, que repercuten sobre este tipo de productos de altísimo costo. A esto se le suma la poca posibilidad de generar mayores ingresos vía publicidad no tradicional, conflicto con AAA mediante, y el límite que impone en cantidad de segundos publicitarios la nueva ley de medios.
Los costos internos de una ficción difícilmente se recuperan con lo que los canales puedan pagar. Sólo queda el recupero en la venta internacional, que no siempre se logra: Lalola fue un boom de ventas en su momento, gracias a su matriz universal y la frescura de ser una telenovela de humor, pero muchas de nuestras ficciones son demasiado localistas para el mercado extranjero.
Considero que la nueva ley de ficción, a la que se aspira, puede ayudar a que algunas emisoras que tienen nula producción local comiencen a tenerla. El punto por debatir será la financiación y la posibilidad de solventar esos costos. Es importante que estudiemos la problemática para que esta ley sirva para producir más trabajo. Todos lo necesitamos: de esto vivimos. Y lo necesita el público que merece identificarse y emocionarse con una TV que cuente historias a través de sus grandes artistas.”


Laubfal